miércoles, 27 de mayo de 2009

Garabatos

No hay nada más horrible...

...les juro. No hay nada, pero nada más horrible en el mundo entero...

...¿lo digo?



Dudo si rebelar o no, este gran y enorme secreto. Sería como que Aquiles gritara que le den al tobillo.

Si, lo digo.

Una hoja en blanco.

Si, la hoja en blanco da miedo.

Pero ese miedo es un miedo dulce. Hay miedos dulces, y miedos amargos.

El miedo a la hoja en blanco en dulce. Dulcísimo. Casi como una adicción. Es solo verla, temblar un minuto ante su alba inmaculez, y luego, como si viniera de un soplo o de un susurro, las palabras salen. Palabras largas, cortas, grandes o pequeñas, formando oraciones con sentido real o irreal. Irreal porque en realidad las palabras son un reflejo de nuestra realidad, son el espejo y la idea de lo que pensamos... ¿Mímesis? ¿Un mundo ideal, formado por espejos?

¿Qué pensamos? Pensar es reflexionar y, a veces, es genial ver la vida sin mirarle el lado pensativo. ¿Pensativo? Volviendo a las palabras, esa es irreal. No existe. O, mejor dicho. Existe para mi.

Porque cada persona tiene su mundo, su lenguaje, su vida, y su sentir.

2 comentarios:

  1. Esto dice Cortazar por todos lados, no?

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  2. Round: Calculo que si. A pesar de que Cortázar se encuentra entre mis preferidos, no tuve la oportunidad de leer su obra al completo como para saberlo ^^
    Igual, creo yo... Cualquier persona que escriba, dibuje o pinte (incluso cuando se diseña con CorelDraw o Photoshop), siente esta dulce pasión por la hoja en blanco, ¿no? =)
    Gracias por pasarte y comentar ^^

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